División territorial durante la historia dominicana.
En la división territorial y de poderes del país, con la proclamación de la Primera República en 1844, se consignó que la provincia de Santo Domingo, al igual que las demás, quedaban divididas en comunes y municipios.La capital venía siendo la cabecera del pais, todas las ciudades principales de cualquier provincia tenía su gobierno municipal, esas autoridades eran elegidas mediante elecciones reglamentadas por las leyes electorales de aquella época. Asi siguio la tradicion.
El desarrollo de las fuerzas productivas fue bastante limitado durante las primeras décadas que siguieron a la proclamación de la república. El crecimiento de la población fue prácticamente insignificante, incluso, las provincias con más auge en cuanto a lo económico y es un gran reflejo para el poder central, de ahí vienes su condicionamiento y las razones de su subordinación.Se puede dar el caso de un sistema político determinado, sectores de oposición de la clase dominada no puedan crearse un espacio político de buen tamaño, que le permita el control de ciudades y regiones de gran importancia. Como son aquellos países de gran desarrollo económico como los Estados Unidos, Italia y Francia, sino en países ubicados entre los subdesarrollados como fue Peru.
En nuestro país se conservaba la práctica de mantener el municipio gobernado a través del ayuntamiento. Esto cambio desde el 1934 cuando se creó el Distrito Nacional y así fue sustituida la provincia de Santo Domingo. Es allí donde nace el Consejo Administrativo, sus miembros eran nombrados por el presidente del país.
La dictadura Trujillista cambio totalmente la forma de gobierno, eliminando la formalidad de poder local lo cual venía del sufragio universal. La ciudad se convirtió en un mercado mediante el cual se potenciaba el monopolio sobre la economía que el dictador fue forjando durante su dominación. Se reinició un proceso de institucionalización de la autonomía de los gobiernos de las ciudades todo esto al fin de la dictadura.
En cuanto a la producción de lo urbano en la era de Trujillo, después de nuestra independencia, el crecimiento y producción del espacio urbano alcanzó su mayor empuje durante la dominación trujillista. Esto puso peor la historia urbanística del país y de era muy notable durante los 25 años de monumentalismo, irracionalidad entre otras características que tenía la política urbana del presidente Joaquín Balaguer.Una de las principales características de la sociedad dominicana antes y durante los primeros años de la dominación trujillista, fue la acentuada fragmentación territorial, esto por su limitado desarrollo económico. Lo que impidió la unidad territorial fue la debilidad de las instituciones politicas y economicas.
La rivalidad Norte-Sur, por los grupos dominantes de ambas regiones, manteniendo el apoyo de masas para la consolidación de sus privilegios, mantuvo al país, dividido en dos pequeñas comunidades sociales. Esto se debió más a la falta de una economía de cierta importancia, la inexistencia de conexión entre los pocos mercados internos, el caudillismo regional, etc.La mayoría de la población dedicada a las actividades de la industria azucarera eran generalmente migrantes y la mayoría extranjera. Es importante recordar el peso de la presencia de extranjeros en la conformación de los agentes sociales que impulsan las actividades empresariales, algo que no sólo era válido en esas dos ciudades, sino que la ciudad de Santo Domingo comenzó a descollar como principal centro comercial del país, los inmigrantes árabes y españoles tuvieron un rol de primera importancia.
Los elementos básicos que caracterizaban las tendencias del crecimiento urbano y poblacional en los años anteriores al ascenso de Trujillo se mantenían la fragmentación territorial y de la sociedad civil. En algunas ciudades había pequeños núcleos que constituían una elite que anhelaba los valores y estilos de vida urbana, pero su peso específico en la sociedad era insignificante, por eso solamente tenían en el dese el único refugio posible ante el embate de la cultura rural que los asfixiaba. También debemos de hacer notar que aún cinco años después del ascenso de Trujillo al poder,la sociedad dominicana seguía teniendo una gran población rural, a pesar de que para las elites citadinas las ciudades seguían siendo el escenario principal donde desarrollaban sus luchas.
A partir de la segunda mitad de los años 30 comenzó a verse en el país un desarrollo poblacional, principalmente en santo domingo. Se construyó carreteras en las regiones sur y este, contribuyo a unir los mercados y estimulo las migraciones hacia la urbe capitalina.En la arquitectura, quiso encontrar nuevos símbolos nacionales y en el estilo arquitectónico del edificio sedes del partido dominicano pretendió encontrar el símbolo de la dominicanidad.En la capital fue donde mayores edificaciones monumentales se realizaron y, fue a partir de entonces cuando se hizo incuestionable su lugar privilegiado. Sin embargo, esta nueva situación no estaba determinada solamente por la condición de ser el centro fundamental de reproducción de la riqueza, como lo fue la ciudad burguesa, sino por su papel de centro de las decisiones políticas de una forma de dominio y de las actividades empresariales particulares del tirano.
La dictadura de Trujillo logró avances espectaculares en algunos aspectos, destacándose la industria alimenticia. Pasamos de ser un país importador a uno exportador. Por otra partehuboo un sostenido aumento de la producción industrial y agropecuaria. El sostenido incremento de la producción sirvió de base para el desarrollo de una política de realizaciones materiales, a través del control político centralizado, en la que el incremento del ritmo de crecimiento poblacional durante el referido periodo.
A pesar del incremento de la producción agropecuaria en la zona rural, la situación de la población no mejoró, debido a diversos factores como los bajos salarios, la constante expropiación de las tierras, entre otras. Estos obstáculos impedían a la población rural las posibilidades de consumo.La dictadura no logró evitar las graves distorsiones en la distribución espacial y poblacional del país, expresadas en las desigualdades regionales y en la concentración de la población en dos polos fundamentales: La capital y Santiago.
Se considera relativamente normal que las capitales mundiales aumenten su crecimiento poblacional y estructural más rápido que el resto del país en el que se encuentran. Independientemente de esto, aquí en la República Dominicana, los cambios en la población dominicana se vieron después que comenzó el régimen trujillista que marcó el país significativamente.
Entre 1935 y 1960 la población de la capital dominicana creció a una tasa promedio de 6.8% contra un 3.23% del resto del país. Durante este periodo de tiempo, Trujillo decidió marcar la capital como su fortaleza de poder con la creación de símbolos, la construcción de su imagen a través de monumentos y otras estructuras que representaban su dominio absoluto sobre el territorio. Para 1960, ya 12% de la población se encontraba concentrada en la capital debido a los beneficios y las oportunidades de trabajo y mejor calidad de vida que se encontraban allí.
En muchos sentidos, el crecimiento de la urbe estuvo asociado al poder trujillista. Para 1950, aumentaron las migraciones internas y externas al Distrito Nacional debido a los avances industriales y económicos que sufrió la capital y al despojo de la población campesina en la zona del área azucarera. Era técnicamente imposible que gran parte de la población no se concentrara en el Distrito Nacional porque la mayoría de las actividades económicas básicas urbanas se desarrollaban allí, pero esto trajo como consecuencia una desigualdad en la distribución de recursos y en la calidad de vida de la población dominicana.Durante el régimen del tirano, se declararon ciertas comunidades rurales como urbanas. Esta acción además de otorgar un valor simbólico, también aumentaba la renta diferencial y absoluta de dicho territorio. Los servicios mejoraron y los profesionales daban abasto para los grupos dominantes.Por esto podemos decir que el siglo XX fue testigo de un acelerado proceso de urbanización en la República Dominicana. Las principales ciudades que se beneficiaron de tal desarrollo y del deseo de Trujillo de marcar su poder fueron la ciudad de Santo Domingo y la ciudad de Santiago en menor medida. A pesar de las diferencias en la distribución de riquezas, las demás provincias también crecieron si hablamos en término de su población.
El proceso de urbanización en República Dominicana, al igual que en otros países de Latinoamérica, empezó en la década de los 1930, a través de, proceso de industrialización por importaciones, con el objetivo de lograr cierta autosuficiencia en el mercado. Igualmente, el crecimiento poblacional y la expansión capitalista fueron factores que propiciaron el crecimiento. A diferencia de en otros países, no obstante, al Trujillo y sus allegados, incluyendo una pequeña burguesía pasaron a ser la cabeza absolutista, este resultó el factor dominante en cuanto a la producción agropecuaria, industrial y comercial.
Durante la dictadura Trujillista, se manejó una monopolización de la mayoría de las actividades económicas. La mayoría de las compañías productoras industriales, agropecuarias y comerciales eran propiedades estatales, es decir, de Trujillo. Es decir que cualquier consumo o adquisición de productos, iba a beneficio de Trujillo y su poder económico. En otros aspectos, se pasó a eliminar la guerrilla.Durante el gobierno Trujillista, el proceso de urbanización se centró en la ciudad capital, cede principal del Estado, mientras que otras ciudades se quedaron centradas en los sectores de dominio tradicional. En la capital, creció el número de plazas, plazoletas, clubes sociales, hoteles y ferias. Igualmente se empezaron a destruir infraestructuras antiguas para remplazarlas por otras más modernas para la época. Igualmente, debido al crecimiento poblacional, empezaron a aparecer los barrios marginales, al igual que el surgimiento de ensanches tales como La Fe, Luperón, Ozama, entre otros. Igualmente surgieron grandes construcciones como el Aeropuerto Internacional de las Américas, el Estadio Quisqueya, el Puente Duarte, entre otras construcciones. La ciudad se convirtió en el símbolo de poder del país.
Pese a que el área rural no se desarrolló tanto, gran parte de las inversiones de la familia Trujillo se encontraban en el campo. Tanto Trujillo como sus hermanos y generales más cercanos tenían grandes propiedades en los campos, a las cuales frecuentaban. Los valores morales ya sembrados en las zonas rurales de desarrollaron, al igual que la medicina informal, entre otras vertientes.
Podemos ver que antes de los gobiernos de Trujillo todo marchaba por manos de los ayuntamientos. Cuando llega la dictadura, todo cambia y se comienza a crear el concepto de políticas urbanas. Trujillo centra todo este poder en sus manos, mediante la creación de la Dirección de Obras Publicas Urbanas en 1935 y la centralización de todos los poderes en sus manos.Después vemos como sus sucesores continúan con esta política urbana que decía que la construcción y modernización de las áreas urbanas significa el desarrollo de una nación. Balaguer, quien es el que mas mandatos tiene en este periodo, 5 de 7, es el principal heredero de la creencia trujillista sobres las políticas urbanas, y por tanto si analizamos bien, se basa durante todos sus años en el poder en la construcción de obras, principalmente en el área urbana.
Aquí también hablamos del uso del suelo y de las viviendas, tema que debería de preocuparnos mucho a los dominicanos, ya que podemos ver a simple vista como el nuestro país no hemos tenido éxito en torno a las políticas urbanas debido al mal uso del suelo, y el poco control que ejerce el Estado sobre esto. A esto también le podemos sumar la irregularidad a la hora de repartir recursos para esto por parte del Estado. Estas irregularidades las podemos ver claramente cuando en el Banco Nacional de la Vivienda para el mejoramiento de viviendas se cuadruplican los prestamos realizados a las personas en relación a los prestamos para construir nuevas unidades, lo cual significa una reducción para la creación de nuevos espacios habitables.
Otro factor influyente para el desastre de las políticas urbanas en el país, es el poco retorno que recibe el Estado en la realización de obras, acción que afecta al pueblo ya que no se puede trabajar para los sectores populares porque no se van a obtener los beneficios mínimos para el mejoramiento y creación de las obras. Este factor junto al factor de que las edificaciones que el sector privado construye no son para un publico clase baja, los cuales representan la gran parte de las zonas urbanas, son los causantes del desorden que hay en nuestro país y que cada día mas se hace imposible de arreglar.
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